Este nuevo año estará marcado por un cambio hacía políticas monetarias más expansivas; Chile mostrando una mayor agresividad que en el 2023 y USA iniciando su tan esperada baja de tasa. La caída de las inflaciones con mayor celeridad redujo significativamente la amplia brecha que se tenía entre la inflación efectiva y las metas de la FED y el BCCh. Esto nos lleva a considerar un escenario en que la inflación podría alcanzar el rango meta en 2024 e inclusive caer de ese nivel, al menos en Chile.

Por su parte, la Eurozona también mostró una considerable caída de la inflación; sin embargo, al observarse en diciembre un valor mayor al esperado, el BCE por ahora ha decidido mantener la tasa en los niveles actuales; no obstante, habría colocado punto final a la era de alzas.

La resiliencia mostrada por la economía norteamericana en 2023 no sólo disipó las posibles expectativas de recesión, sino que apuntaló el crecimiento global. Si bien para este 2024 se observarían crecimientos globales más moderados, dados los riesgos latentes en un entorno macroeconómico más desfavorable, creemos que solo podríamos ver un “aterrizaje suave” a nivel Global.

China, continúa mostrando una caída estructural en su crecimiento, derivado de la crisis inmobiliaria y estímulos económicos impulsados por el gobierno, que aún no han logrado contrarrestar la falta de confianza de los consumidores e inversionistas internos y externos. Las expectativas continúan estando enfocadas en nuevos paquetes de medidas que lleven al gigante asiático a despertarse de su inercia.

En este contexto, creemos que los principales riesgos para 2024 estarían marcados por:
– No cumplimiento de las expectativas en los cambios de las políticas monetarias.
– Profundización de la crisis inmobiliaria en China.
– Agudización de los conflictos geopolíticos a nivel global.
– Volatilidades derivadas por la gran cantidad de elecciones presidenciales a nivel mundial, incluido USA.

Con todo lo anterior, creemos que para este 2024, las carteras de inversión deben tener una mayor diversificación, incorporando activos financieros tradicionales y alternativos, con un perfil más moderado.

Las rentas variables parecen haber incorporado durante el 2023 las esperadas bajas de tasas de interés, por lo cual pensamos que la exposición a estas debería ser menor, no superando el 40% del portafolio.

Por su parte, esperamos mejores comportamientos de la renta fija de mayor duración en UF en Chile y en bonos corporativos (investment grade) de países desarrollados.

Creemos que es importante mantener un 15% de liquidez, para incorporar nuevas oportunidades que se generarían impulsadas por mejores condiciones crediticias y, con ello, la inversión en fondos de activos alternativos.

Autor:
Cynthia Kirby Adarraga
Economista Senior en AICapital Investment